lunes, 17 de noviembre de 2008

El retorno del gran pastel




Ye, que pasa.

Bueno, este finde ha sido muy interesante e intenso. Si ha supuesto una buena culminación de la semana.

El lunes, teníamos clase con el profesor Werner Büttner, pero fuera de lo habitual nos enteramos de que la clase de desarrollaría con visita a galerías. Así que, nos presentamos en la galería en la cual habían quedado junto al resto de la clase. Bueno, no voy a contar con detalle las cosas que se hacían, porque ya podéis imaginar. Pero estubo muy bien, ya que tuvimos la posibilidad de poder hablar con galeristas, y por supuesto tras esto nos fuimos a tomar una cerveza todos juntos, bueno, al final fueron dos rondas, a la primera invitó Büttner y a la segunda el galerista. Estas clases si que dan gusto.

El viernes, tras la clase que teníamos, pillamos un "Mitfahren", que es algo así como un autostop pero pagas juntos con los demás los gastos de gasolina conjuntamente, con dirección a Hildesheim, ya que Artur, un amigo que estubo hace dos años en Madrid de erasmus tenía su exposición en la escuela. Llegamos de lujo, a esta pequeña ciudad situada en el centro norte de Alemania.


Hildesheim.

Debido a las buenas costumbres de impuntualidad que Artur se trajo consigo de Madrid, tuvimos que esperar unos minutos, en los cuales apareció Felix, que quien siga el blog sabrá quien es, ya que estubo visitándonos en Hamburgo. Finalmente, nos encontramos con Artur en la escuela, el cual parecía un makea de barrio, ya que tiene ahora un corte de pelo que aquí llaman "Vokuhila". Para entendernos, el preferido por los richards.

Ya en la escuela, se realizaba la exposición anual de los alumnos, y entre los que habían bastantes españoles. Por cierto, su obra gráfica es de gran calidad.

Ahora llega el empacho continuo, ya que en la casa de Artur, que vive con su familia, a la cual conocíamos, de nuestro paso previo con el interrail hace dos veranos, se come muy bien. Nuestra llegada, para la casa, fue un acontécimiento parecido al de un gran festival de música. Es decir, salieron sus padres y su hermano Mathias a recibirnos. Madre mía. Lo cual es agradable, ya que te hace sentir como en casa. Y tras todas estos meses comiendo comidas típicas de estudiante a la hamburguesa, saboreamos otras muy buenas. Creo, que acabé empachado de todo lo que comí, incluso el último día preparó un pastel que estaba pa empezar y no parar, pero para el cual ya no quedaba hueco en mi estómago.

Anécdotas, hay mil, desde el shisha bar, hasta la pérdida de trenes caraterística de Hildesheim a Nordstemmed, y si me pongo a contarlas todas no acabo este post en la vida, así que este son de esos que se completa cuando baje a las tierras cálidas del sur y pueda hablar en persona, ya que merece la pena.

Pd. Por cierto, dos exposciones tenía Artur este finde en Hildesheim. Ahi si dejaras la vaguería un poco a un lado,....ja,ja,ja,ja,

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